jueves, 29 de octubre de 2009

Locomotoras del Fc. de Riotinto. Clase A

Foto de fabrica de la locomotora Hunslet, que formo ella sola la clase A, en el ferrocarril de Riotinto, nunca tubo el apartavacas con que figura en la foto. Foto Paco Alcázar.

De esta clase la Compañía tubo una sola locomotora, fue fabricada por Hunslet y numerada con el nº 1 era en origen de rodaje 2-3-0 T, construida originalmente para el ferrocarril de Tansmania, pero antes de ser embarcada para tan lejano lugar fue comprada por la todo poderosa R.T.C.L, para usarla en la construcción de su ferrocarril y despues de terminado este para trabajar en el, parece que años mas tarde fue modificada, pasando a ser de rodaje 0-3-2 T, se supone que para aumentar la capacidad de combustible, según notas antiguas parece ser que era mas grande que otras locomotoras contemporáneas usadas en el ferrocarril de Riotinto, de esta máquina se tienen pocos datos, fue dada de baja en 1935, según reza en algunos libros.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Las locomotoras del Fc. de Riotinto

El ferrocarril de Riotinto llego a tener a lo largo de su historia , uno de los parques de locomotoras de vapor mas numeroso e interesante en vía estrecha de toda la geografía española, las adquisiciones de locomotoras de vapor fueron realizadas por la Rió Tinto Company Limited, que a lo largo de su historia en estas minas adquirió casi un centenar y medio de locomotoras, la cifra mas alta de locomotoras en servicio fue de 97.

La Compañía clasifico a casi todas sus locomotoras, por letras, empezando lógicamente por la A, con esta clasificación y las que fueron clasificadas de otra forma, llego a tener 17 tipos de locomotoras, la primera llego a Huelva en el año 1874, fue la única de la clase A y se numero con el nº 1.

La mayoría de las locomotoras era de procedencia británica, menos dos cortas series que eran de fabricación norteamericana, casi todas eran de rodaje 0-3-0 T (denominación en el sistema europeo, en el que se cuentan desde la delantera hacia la trasera, los ejes libres, acoplados y libres, mientras el sistema ingles cuanta de igual forma, pero las ruedas, en este sistema seria 0-6-0T, la letra T indica que es una locomotora tanque, que lleva el tender sobre su mismo bastidor), este rodaje se adapto perfectamente al perfil de la Vía General y también para las maniobras, solo dos clases de locomotoras fueron de 4 ejes acoplados, dos clases o tipos de dos ejes acoplados y una clase mas pequeña de dos ejes y tenders de alforjas, pero para vía de 610 m/m.

En esta foto se observan las principales locomotoras de vapor del ferrocarril de Riotinto, todas ellas de origen ingles.Foto Paco Alcázar.
La clase mas numerosa y popular fue la clase I, conocidas como "Chatas", de las cuales fueron adquiridas 44 unidades, en este ferrocarril circularon las tipo Garratt mas potentes en la vía estrecha de toda España, el ultimo lote de locomotoras de vapor fueron unas modernas y versátiles maquinas para la Vía General, que puedes estar entre las mejores del país, las locomotoras siempre estuvieron pintadas en negro y las traviesas delantera y trasera, donde van los topes o enganches en color rojo una particularidad del ferrocarril de Riotinto era que todas sus maquinas llevaban pintados en color crema sus números en los tenders y en tamaño grande.

Lo que no entiendo que este ferrocarril que esta alejado de las zonas de carbón, el cual tenia que ser importado fuera o comprado en el norte del país y transportado en barco a Huelva y desde aquí a las Minas, con el consiguiente gasto, como no se pensó en la solución diesel (creo que debió ser por que aquí los salarios eran bajos y eso hacia rentable al vapor), cuando en 1953 se compro el último lote de locomotoras de vapor, las tipo 200 (excelentes maquinas), ya funcionaban en Inglaterra y en otros países europeos e incluso en EE.UU, buenas y potentes locomotoras diesel, las cuales eran mucho mas economicas y rentables que las de vapor, las diesel llegaron antes a otros ferrocarriles de la provincia de Huelva que al de Riotinto, que por tonelaje, parque móvil y pasajeros, era mucho mas importante que todos los demás juntos de la provincia.

Ya en época española, recuérdese que en el año 1954 cambio la titularidad de las Minas, en 1961 llego la primera locomotora diesel, era un tractor para maniobras de transmisión hidráulica de tres ejes acoplados mediante bielas y construido en Alemania, se la denomino clase 300, en el año 1963 fueron adquiridas cuatro diesel eléctricas de 850 cv con rodaje Bo-Bo para la Vía General, construidas en España bajo licencia francesa, formaron la clase 400, a mediados de los años 70, en 1975 se adquirieron dos tractores para maniobras con transmisión hidráulica y de tres ejes acoplados por bielas, de fabricación nacional, fue la clase 500, en 1975 y en 1979 se adquirieron una en cada año, dos potentes diesel eléctricas de rodaje Co-Co, construidas en Villaverde , Madrid, con licencia Alco, eran del modelo DL 535, iguales que la serie 1300 de RENFE, pero adaptadas al perfil de la vía de Riotinto, formaron la clase 600

martes, 27 de octubre de 2009

[AGENDA] Jornadas sobre 'Patrimonio Industrial en la zona de Castilla y León'


Al buzón de La Factoría ha llegado una cita para nuestra agenda de actividades que colgamos aquí os para los interesados:

Los próximos días 28, 29 y 30 de octubre en el Museo de Automoción de Salamanca se desarrollarán "Patrimonio Industrial en la zona de Castilla y León".

Especialistas en Patrimonio Industrial de España y Portugal se reunirán en Salamanca para elaborar un mapa conceptual del Patrimonio Industrial Hispano-Luso y elaborar una Hoja de Ruta a partir de unas recomendaciones que sirvan a los diversos agentes económicos, territoriales y sociales para la puesta en valor y dinamización de un patrimonio que se está revelando como un poderoso atractivo turístico. Será en el marco de las jornadas “Tendiendo puentes: el patrimonio industrial en la zona transfronteriza de Castilla y León”, organizadas por el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca en colaboración co la Junta de Castilla y León, el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas y el ayuntamiento de Salamanca.

La inscripción de las jornadas es gratuita hasta completar el aforo, y se puede realizar via mail a: info@museoautomoción.com; patrimonioindustrial@museoautomocion.com o en el teléfono 923 260 293.

lunes, 26 de octubre de 2009

Subsanado el error de de formato


Aviso a viajeros de La Factoría:
Como habeis podido observar durante unos días hemos tenido problemas con el formato en la plantilla del presente blog, lo que ha perjudicado muy a pesar nuestro la visualización de los contenidos de nuestras secciones y artículos, tal y como alguno de nuestros seguidores nos habéis comentado en el buzón de La Factoría, a los que aprovechamos para enviaros nuestro agradecimiento más sincero.

Por fin, el equipo de La Factoria ha solucionado dichos problemas técnicos por los que pedimos mil disculpas.

De nuevo, La Factoría ya está en marcha, y... a toda máquina!!!

domingo, 18 de octubre de 2009

Mis recuerdos y vivencias con el Fc de Riotinto

Voy a tratar de poner en orden y expresar parte de mis recuerdos y vivencias relacionadas con el ferrocarril de Riotinto, mi vinculacion con el ferrocarril o mejor con Cochera Mina es desde... que tengo uso de razón, ya que lo he vivido en mis carnes al ser mi padre ferroviario.

El vínculo familiar comienza... muy atrás, no lo se con exactitud, pero creo que fue a principio del pasado siglo XX, cuando Simón Marín, natural del pueblo serrano de Aroche, excombatiente de la Guerra de Cuba, paisano y casi quinto del gran luchador y sindicalista Félix Lunar, al ser del mismo pueblo según comentarios familiares había una buena y fluida amistad entre ellos, este antepasado mio según estos comentarios participo activamente en la huelga revolucionaria del 1917, pues a principio de siglo Simón emigro para buscar trabajo a las Minas de Riotinto, poniendo su domicilio en Nerva, comenzando a trabajar en la R.T.C.L. de guardafrenos hasta que termino su etapa laboral cercana al año 40, este hombre era el padre de mi abuela paterna, mi abuelo paterno, Blas Alcázar Salazar, nacido en Nerva en 1902 de padre madrileño y maestro barrenero en Contramina Vieja, trabajo de niño en la corta de la mina Peña del Hierro barcaleando mineral, ya en la R:T.C.L. fue durante su vida laboral guardafrenos, creo que durante mas de 40 años, sus hijos varones Carlos, el mayor y Francisco el menor conocido como Paco, fueron también ferroviarios.

Ambos hermanos uno sobre 1945 y el otro en 1947 entraron en la Empresa y después de superar prueba, cargando a mano vagonetas, esto por ser menores de 18 años, pasaron a Cochera Mina, donde ya estaba su padre de guardafrenos y alguno de sus tíos y primos, toda una saga se junto en este departamento, en Cocheras empezaron limpiando máquinas, encendedores, engrasando y mediante exámenes salieron fogoneros, en esta faceta los maquinistas discutían por llevarlos ya que daban excelente rendimiento y eran incansables, Carlos de fogonero le toco unos años duros en la Vía General en la tipo K nº 118 con el maquinista Ángel Garcia, su hermano pequeño Paco también lo tubo duro en la Linea, pero una satisfacción para el fue el estreno de la nº 200, primera de dicha clase, con el maquinista Arturo Pajares con el que se llevaría muchos años, considerados de las mejores parejas en Cochera Mina, después también mediante exámenes llegaron a maquinistas, Carlos al ser el mayor salio años antes que Paco, pero tubo que dejar el regulador por problemas en la vista, Paco , mi padre, siguió con el regulador hasta el final del ferrocarril, ya en plena era época Diesel, siendo un buen conocedor de la Vía General y de las locomotoras de vapor y Diesel.

Recuerdos no me faltan, mi tío Carlos, paso a las casas de palancas, al ser rebajado de las locomotoras, lo recuerdo como si fuera ayer que subíamos a El Valle en tren para ir al economato, el Almacén como se conocía, algunas veces estaba en la casa de palancas de dicha estación, si mal no recuerdo tiraron un cable de acero desde dicha casa donde estaba mi tío y un tal Renato se lo paso andando descalzo y con una barra de hierro que hacia de contrapeso en las manos.

Por todo esto desde que recuerdo he tenido relación directa con el ferrocarril, mis recuerdos vuelan a cuando era niño y algunas veces iba con mi padre a la estación de Nerva a ver algún cambio en su servicio o ir en tren a El Valle de compras con algunos vecinos, hace unos días uno de ellos me recordó algo de esto.

Recuerdo que cuando nos poníamos en el anden de la estación de Nerva, despues de sacar billete, a esperar el tren, me ponía contento al ver el humo de la locomotora por la zona del paso a nivel de Marismillas, ya venia el tren, al poco se escuchaban los pitidos a la entrada de la estación, llegaba y lo ponian delante del anden , el olor que impregnaba todo aun lo recuerdo, soltaban la locomotora y salia mediante un cambio de vías y se acoplaba a lo que antes era la cola, para salir en dirección a la Estación del Medio, antes solía tomar agua la locomotora en una toma situada casi frente a la estación, en alguna ocasión recuerdo a mi padre remolcando este tren, cuando hacia servicio en Los Ramales, lo recuerdo con una tipo K, quizás si no me falla la memoria la nº 136, aparte de otras locomotoras.

Otro recuerdo es de cuando iba con mi madre a cobrar "El Vale", este se pagaba en un edificio situado frente a la estación con las vías de por medio y la toma de agua que mente antes, se entraba por una puerta que daba a la carretera, frente a los eucaliptos que aun quedan, en lo que ahora es un parque y hasta hace poco la parada de autobuses para los obreros de la mina, pues mientras esperábamos la fila para cobrar alguna vez vi a las locomotoras, maniobrar para acoplarse a los trenes y tomar agua.
Ver esta potente y gran locomotora encendida en Cochera Mina y resoplando poer las cercanias de Talleres es algo que nunca olvidare, asi como tampoco el olor que impregnaba el ambiente dentro y alguna veces los alrededores de Cochera.

En una ocasión vinieron unos familiares de fuera de la localidad y fuimos caminando a fundición, para que vieran un poco la zona, aun recuerdo y era un niño los resoplidos de la Garratt en las inmediaciones de Talleres Mina. Otra vez le regalaron a mi padre un saco grande de acitunas en la Vía General y al llegar a Cocheras con la 200, pidio prestado un carrillo para llevarlas a casa, llego y me fuí de vuelta con el para devolverlo, cuando llegamos recuerdo la Garratt nº 146 encendida y hasta del capataz que estaba lo recuerdo, un buen amigo de mi padre, Juan Fajardo, para no volver andando otra vez nos fuimos a la Estacion del Medio y desde alli regresamos a Nerva en la locomotora que tiraba de un tren obrero una tipo C era, pero el numero no lo recuerdo, si me acuerdo cuando pasamos por el paso a nivel de Marismillas y algo especial tambien recuerdo, que la puerta del cajon de fuego tenia unas grandes manchas rojas, mejor explicado, que habia zonas que se ponian al rojo, ya de mayor pregunte y me dijeron que era por que no cerraba bien, en la locomotora ibamos el maquinista, el fogonero, mi padre y yo.

En una de estas locomotoras realice el viaje desde la Estación del Medio a Nerva, ya oscurecido, viajar en ese espacio tan reducido como es la cabina de mando de este tipo de locomotora cuatro personas y ademas el piso casi lleno de carbón es algo que no se olvida facilmente, ni las pulsaciones del escape cuando subiamos al paso a nivel de Marismillas ya que hasta dicho paso era pendiente.

Desde siempre he tenido admiracion por el personal de locomotoras, maquinistas, fogoneros y de todos, pero muy en especial por los primeros, era fuera de lo normal la abnegacion y entrega o es que no habia otra por los tiempos que corrian, cuantas veces llegaban de un servicio de 10, 12 ó 14 y mas horas y cuando llevaban unas cuantas de horas acostados descansando, venian a avisarles que alguno se habia puesto malo y tenia que irse para hacer el tren del que faltaba y lo mejor con suerte otras 12 ó mas horas, ¿ de que pasta estaban echas estas personas?, parece increible hoy en dia, pero por suerte y para mi gozo, por poder charlar con estas personas de todo esto, quedan algunos que pueden ratificar esto.

Otro recuerdo que guardo, es de varias veces que fuimos con unos vecinos, que por cierto eran los padrinos de mi padre y que eran originarios de la aldea del Pozuelo, si a esta aldea de Zalamea la Real en tren, quien pudiera hacerlo hay en dia, cojiamos el tren en Nerva y recuerdo que cambiabamos de tren en El Valle, antes de esto en, La Mina, El Coso ó Riotinto Pueblo como comunmente se denominaba, se hacia la invesion de marcha, la locomotora pasaba a la cola y asi subia el tren hacia El Valle, llegábamos a Zalamea y caminando nos ibamos a la estacion del Ferrocarril del Buitrón la llamada Estación Vieja, ya que ambas estan cerca, vagamente recuerdo que esta última estaba peor iluminada que la Riotinto o la Nueva como tambien se conocia, en la Vieja nos montabamos en el Taf como se conocia al automotor Billard, hasta la estacion de El Pozuelo.

Automotor Billard, este es el de Riotinto, aqui se conocia como La Dresina, este vino del ferrocarril de Cartagena-Los Blancos y es del mismo ancho de vías, es igual a los que tenía la Compañía del Buitrón y que eran usados para el servicio de pasajeros, conocidos como los Taf. Foto Paco Alcázar.


Cuando le tocaba limpieza de caldera, engrase y revision a las Gildas, los maquinistas y fogoneros asignados a ellas, hacian estas labores los domingos, ya que no habia trenes en la Vía General, empezaban vaciando de agua las calderas por las tapas que llevaban en la parte inferior y una vez quitados los tapones en la parte mas alta y situados en las cercanias de las cajas de fuego, con aquellas mangas que tenian tantisima presion, las metian por todos los orificios para que la presion del agua arrancara las incrustaciones y arrastrara los lodos y sedimentos de la parte inferior de dicha caldera, logicamente todo esto, lodos e incrustaciones salian por los orificios inferiores, despues seguia el engrase del toda la locomotora, sobre todo el tren motor era revisado afondo buscando cualquier holgura excesiva, esto lo ví hacer muchas veces ya que muchos domingos aprovechando que no habia jefes y ademas poca gente y ya que tampoco había escuela, me acercaba a Cochera caminando desde mi casa en Nerva, en alguna ocasión hasta me acompañaba algun chaval amigo

martes, 13 de octubre de 2009

El Archivo Histórico Ferroviario

Os paso aquí el enlace de un documento muy interesante que he encontrado en internet. Bajo el título Los fondos archivísticos del ferrocarril español: El caso del Archivo Histórico Ferroviario (AHF), Raquel Letón Ruiz (FFE) y Miguel Muñoz Rubio (UAM y FFE) realizan un recorrido por el AHF, por sus más de veinticinco años de existencia impulsando la investigación en el empeño de seguir profundizando en el significado histórico del ferrocarril.

Pincha
AQUÍ para leer el artículo.

La estación de Valdelamusa, sin barreras arquitectónicas


(Pincha en la foto para leer el texto)

Os cuelgo aquí una noticia publicada en Odiel Información. (10/10/ 2009) sobre la modernización de las instalaciones ferroviarias. En este caso, el Plan de Modernización provincial onubense se fija en la estación de Valdelamusa, dentro de la controvertida línea Huelva- Zafra, en la que se incluye un andén sin barreras arquitectónicas.

jueves, 1 de octubre de 2009

La granja danesa de El Zumajo (por Juan Carlos León Brázquez

Con motivo de las pasadas Fiestas Patronales de San Bartolomé en Nerva se publicó en la edición de 2009 de la revista Nervae un artículo de nuestro amigo, el periodista Juan Carlos León Brázquez: "La granja danesa del Zumajo", el preludio del libro y documental que el periodista está preparando sobre El Zumajo bajo el título Yo tenía una granja en Riotinto. Del mismo modo que para mi blog Yo Periodista, rescato este interesante artículo para los lectores de La Factoría, agradeciendo a su autor que tan gustosamente nos lo ha facilitado.

La granja danesa de El Zumajo. (Por Juan Carlos León Brázquez)


1926. Karen Hase en La Berrocosa con mis abuelos y tios.
Foto: J.C. León Brázquez.


Cuando mi padre me enseñó la fotografía más antigua que conservaba, le pregunté por aquella mujer de cuidado aspecto que junto a mis abuelos y tíos estaba en 1926 en la finca La Berrocosa, en el término de El Madroño. “Es la mujer de Don Kae, el dané - respondió-, el jefe de mi padre, un ingeniero agrónomo que trabajaba en el departamento de Tierras y Ganados de “la Compañía”. Fue él quien hizo la fotografía a mis padres y hermanos”. A partir de entonces quise saber quiénes eran aquellos “Hase” que habían formado parte de la vida de mi familia.

Inmediatamente descubrí que aquella mujer tenía muchas similitudes con la protagonista de Memorias de África. Eran danesas, tenían el mismo nombre –Karen-, habían viajado en los mismos años a lejanos países, se habían instalado en sus granjas y ambas, en tiempo diferente, volvieron arruinadas a Dinamarca donde morirían. Quizás nuestra Karen nunca entró en el Salón –Solo Hombres- del Club inglés de Bella Vista, aunque he podido constatar que también fue muy apreciada y querida por quienes la conocieron.

Foto de boda de los Hase. Colección El Casino Esperanza.

Su historia entre nosotros comenzó en 1916, cuando a su marido danés, Kai Hase, le ofrecieron con 26 años venir a Río Tinto para reforestar una extensa zona de 9.000 hectáreas alrededor de la mina. Lo hizo con un batallón de niños piñoneros a quienes organizó para que con una espiocha (zapapico) cavasen hoyos en las áridas tierras de nuestros montes y con una bolsita de tela llena de piñones los fueran depositando ordenadamente en aquellos agujeros. La explotación minera necesitaba madera para la entibación de la mina, pero además aquel proyecto se había convertido en una apuesta personal del director general (General Manager) de la Rio-Tinto Company Limited, Walter James Browning Spencer, quien llegó a la cuenca inmediatamente después de que dejasen de funcionar las temidas teleras que tantos conflictos habían causado en la zona durante décadas. Todos sabemos hoy cómo aquellas calcinaciones de mineral al aire libre expulsaban a la atmósfera humos sulfurosos que no solo afectaban a la salud de las personas y animales, sino que destruían todo tipo de vegetación.

La novela y película “El corazón de la tierra” muestran los efectos de aquel método que llevó a la gran huelga de 1888 que quedó grabada en nuestro imaginario popular como el año de los tiros, con sangrientas consecuencias que condicionaría el futuro sociolaboral de la cuenca minera. Browning deseaba hacer olvidar cuanto antes los efectos de las teleras, de ahí su proyecto para reforestar la zona, cosa que encomendó a aquel joven agrónomo de Copenhague, quien con entusiasmo se embarcó en el proyecto que inició la silvicultura en Huelva.
El éxito llevó unos años después a W. Browning a valorar las especiales condiciones climáticas de la zona para proponer la introducción de otros tipo de plantas y árboles, por lo que el director general de la RTCL habló con el principal accionista de la empresa, el banquero londinense Lionel N. de Rothschild, quien se consideraba “banquero por afición y jardinero de profesión”. La idea fue rápidamente aceptada, Rothschild había comprado en 1919 una hermosa finca en Exbury, cerca de Southampton, que recibía numerosas plantas que le llegaban de las exploraciones que financiaba en las más recónditas tierras del Imperio. Visitó El Zumajo en Ríotinto y prometió a Kai Hase que le enviaría ““melocotones, nectarinas, caquis y semillas de nogal”, que encargó en Japón y EE.UU.. Los frutos fueron inmediatos y en agradecimiento Browning le remitió a Inglaterra bellotas dulces “de las que crecen en este país”, semillas de cistáceas (plantas conocidas como rosas de roca) muy abundantes en el norte de Huelva e incluso pomelos, cuyo origen se databan en La Florida. Los resultados de aquellas primeras plantaciones entusiasmaron tanto a Lionel N. Rothschild que volvió a enviar a El Zumajo más de 30 nuevas especies de plantas, como eucaliptus, yucas y una flor muy abundante en la campiña inglesa, como son las clematis. Aquel envío no tendría continuidad, ya que el entonces presidente de la empresa, Sir Auckland Geddes quiso acabar con los expeditivos métodos para reventar huelgas y someter a los obreros de W. Browning, a quien pidió y obtuvo su dimisión, e incluso aprovechando un viaje del director general con su mujer, Eleanor y su hija Patricia, le prohibió volver a Ríotinto. Tras pleitear por unas deudas, aquel temido “cow boy” que se paseaba con su caballo y su rifle Winchester para imponer su ley, terminaría por instalarse en San Juan de Aznalfarache e invertir en arrozales, cosa que no le fue nada bien.

1923. Cuadro de Nina Hase. Entrada a las cuadras desde el patio de la cocina. Foto: León Brázquez

El matrimonio Hase estaba instalado en El Zumajo, donde tenían su casa rodeada de plantas y una granja agropecuaria que, como gráficamente me decía Aquilino Domínguez, “había de tó”. Las plantas y árboles exóticos dejaron de llegar, pero a cambio se comenzaron a comercializar los numerosos productos que se producían en aquella granja. Todos los días llegaban a Bella Vista y a la Plaza de Abastos de El Valle los productos de la huerta (hortalizas y frutas), leche, huevos…El suministro nunca faltó en aquella selectiva colonia, ni aún en los periodos de penuria.

Kai Hase enfermó de cáncer en plena guerra civil y viajó a Dinamarca para intentar recuperarse, pero murió el 31 de diciembre de 1940 en los brazos de su mujer. Karen, que no había tenido hijos, decidió volver de forma inmediata a su casa de El Zumajo y seguir adelante con aquella explotación agropecuaria, que alquiló a “la Compañía” con una nueva empresa “Viuda de Kai Hase”, lo que satisfizo tanto a la colonia británica como a las familias de trabajadores que habían mantenido la finca durante su ausencia en Dinamarca.

Quienes la conocieron la recuerdan montada en su caballo Zolo, un colorao con una enorme mancha blanca en la cara, y con sus perros grandes daneses, uno de ellos llamado Hamlet. Le gustaban los niños, especialmente tenía un cariño especial por Pedro Cruz, nacido allí en El Zumajo. “La despertaba todos los días a las nueve de la mañana y pedía permiso para comer en la casa. Ella siempre comía sola porque quería mantener esa distancia que le daba su posición social”. Organizaba fiestas infantiles en Navidad, que se habían convertido en toda una tradición, una para los niños de la granja y otra para los de Bella Vista, pero todos tenían un regalo con su nombre. “En navidades montaba el Belén y el árbol, pino flande”, matiza Pedro Cruz, “lo montaba Gregorito, un decorador de Ríotinto, lo adornaba con velas, le ponía unas pinzas y lo decoraba muy bien. Nos citaba a todas las familias que vivíamos allí y con un papel de seda, de colores, nos metía caramelos, higos, pasas, garrapiñadas, almendras, cerraba la bolsa con un lacito y con el nombre de cada uno las colocaba a los pies del árbol. Todos los niños teníamos nuestra bolsita, nos daba ese día chocolate con dulces y pastas que se hacían en la casa, y formábamos un corro alrededor del árbol, todos cogidos de la mano. Era maravilloso”. “Aquel party era una delicia -comenta Isabel Naylor que vivía en Bella Vista y que también acudía de niña al pic-nic que organizaba Mrs. Hase - nos tenía regalos a todos y organizaba un campeonato de Badmington en la pista que tenía la casa y como premio nos llevaban a las vaquerizas algo distantes del bungalow a ordeñar las vacas y nos daban unos riquísimos vasos de leche. ¡Pobres vacas¡ no sabíamos ordeñarlas a pesar de los intentos del encargado que cada año se esforzaba por enseñarnos. Nosotros éramos muy felices, mientras las vacas tenían que aguantar nuestros disparates”.

Nerva. La ausencia de vegetación conformaba el paisaje a principios del siglo XX.Foto cedida por el Restaurante Época.



Cuando en 1952 se abrió el Club Naútico en el nuevo pantano de El Zumajo se incrementaron las visitas por la cercanía de “El Cortijo”. Allí se podía nadar, pescar o regatear a vela, e incluso se jugaba al tiro al plato. Un maravilloso lugar lleno de palmeras, pinos, nísperos, caquis que su marido había plantado en sus inicios en Río Tinto. Todos sus amigos querían visitarla porque la señora Hase era una magnífica anfitriona y agradecía amablemente las visitas dado lo apartado del lugar, incluso haciéndoles plantar a cada uno su propio árbol. La casa siempre se encontraba lista para recibir a sus continuos huéspedes. “Fui muchas veces a su casa, me encantaba ir a merendar”, comenta Juanita Villanueva. “Era una señora muy agradable, con una casa a la inglesa, con muchos detalles y con un servicio magnífico, estupendo, al que había enseñado muy bien”. “Lo teníamos que tener todo en orden y servir a los invitados”, comenta Sofía Márquez que trabajaba en la casa. “Cuidábamos de la casa y del jardín, donde había jacintos, narcisos, gladiolos, zinnias, macetas de begonias, enredaderas… Cortábamos la grama del césped que estaba delante de la casa. También había avellanos que se cortaban para que no tapara la vista de la carretera y un magnolio frente a la casa”. “El jardín era una maravilla –recuerda Pedro Cruz- se veían plantas y flores que entonces no veías en ningún otro sitio”.

Aquella vida terminó cuando la Compañía Española de Minas de Río Tino compró a los ingleses la explotación en junio de 1954. Karen Hase tuvo que abandonar El Zumajo en precarias condiciones económicas tras haber vivido en aquella granja 40 años. Se refugió en el Hotel Esperanza de Punta Umbría, hasta que ya enferma regresó a Dinamarca en donde murió el 30 de enero de 1970.

Nada queda de su casa en El Zumajo, solo la fila de Palmeras que abría pasillo y que hoy están rodeadas de frutales plantados por la RíoTinto Fruit, que aprovechó los estudios del terreno , pluviometría y temperaturas que los ingleses acumularon durante sus 80 años en la comarca. Las 42.000 toneladas de cítricos y otras frutas de hueso (melocotones, albaricoques, nectarinas y ciruelas) que hoy se obtienen en aquellas huertas son el mejor testimonio de la visión y esfuerzo de aquellos lejanos años.

Mi padre recuerda a Mrs. Hase de sus visitas y regalos y cuenta que su marido “Don Kae” les llevó unos plátanos, pero al no gustarles los tiraron a los cerdos. “Don Kae” muerto de risa les enseñó a pelarlos para que no volvieran a comérselos con cascara. Y mi madre iba andando con las compañeras del Colegio de “las monjas” de Nerva a ver a “ Doña Karina” a El Zumajo y pasar allí un día de gira, como se decía antes. Eran otros tiempos, los tiempos de los ingleses, algo que queda perfectamente reflejado en la vieja fotografía que Karen Hase le regaló a mi padre.
(Mi agradecimiento a todos los que me han prestado sus testimonios y fotografías)